sábado, 17 de septiembre de 2016

La vida

Me gusta pensar que hay algo más, que la vida no consiste en esto.
En obervarla detrás de un pupitre, en ser querido o no.
A veces necesitamos un estallido de color en nuestra peli en blanco y negro.
Decidimos sumergirnos en historias que no son las nuestras por el simple echo de sobre llevar aquello que nos duele.
Cuando sientes la monotonía es duro, abrir los ojos cada mañana es necesario.
Pero a decir verdad, a veces prefiero la almohada que la realidad.
Me gustaría escapar de la fragilidad de mis sentimientos, y de este lugar.
Correr, volar.
Que unos ojos verdes me salven de este mar al que he ido a parar.
Unos ojos que no sean marrones, esos son traicioneros. Llegan a mi alma para dejarme como un ser inerte.
Me gustaría acabar esto con algo que me inspire a pensar que cuando cierre los ojos por última vez, unos ojos azules me lleven a otro sitio.
Pero no se si hay algo.
Y ese final me da miedo.
No me gustaría acabar este libro, pero me querría ir saltando de librería en librería, porque esos son los momentos, los que hacen que todo fluya, que esto merezca la pena.

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